Una sola frase pasó por mi mente: "Ella podría morir"
Dije la frase en voz
alta y rompí a llorar. Las lágrimas destrozaban el maquillaje de mis ojos,
rodaban por mis mejillas y finalizaban su recorrido en la almohada. Mis
sollozos eran cada vez más fuertes y temía despertar a mi madre. Eran las dos
de la madrugada y recuerdo que no dejé de llorar hasta las tres. Una hora
entera pensando en que no podría vivir sin ella, mi amiga. Entre sueño y sueño,
la veía, pero no era una imagen nada clara, era borrosa y estaba lejos, cada
vez más lejos. De mis ojos cayeron dos lágrimas más y a la tercera dije
"basta". Si yo lo estaba pasando mal, ¿Cómo se debía sentir ella? Cuando
le dijeron la verdad sobre lo que le estaba ocurriendo, ¿que se supone que debía
pensar? ¿Que se supone que tenía que hacer? ¿Por qué le tendría que pasar
justamente a ella? ¿Qué concepto tendría sobre la muerte?
Todas esas
preguntas sin respuesta, me hicieron ver que yo, simplemente tenía que ser
fuerte por ella. Apoyarla en todo momento, no dejar nunca que caiga.
Aún con ese
pensamiento de ser fuerte, quedé dormida con lágrimas en los ojos y al día
siguiente lo primero que hice fue ir a verla. Ella estaba triste y desanimada.
Yo estaba triste, pero no dejé que lo notara.
Recuerdo que me
dijo "En tres meses, me dirán si me quedo aquí, o si me marcho para siempre..".
Yo, le respondí "¿Sabes qué? Estos tres meses voy a hacer que sean los más
intensos de toda tu vida. Cada día haremos una cosa diferente, un día iremos al
cine, otro día iremos a patinar, otro a la feria.. Cada día algo distinto. Y
dentro de tres meses, que ya será verano, tú ya estarás bien y nos iremos
juntas a la playa, a jugar con la arena como niñas y a tomar el sol.."
Las dos nos
abrazamos y después, yo le prometí que dentro de tres meses, de cuatro, de
cinco.. que dentro de muchísimo tiempo, aun estaría conmigo. Le hice prometer
que iríamos a la playa en verano y le costó, pero al final me prometió que lo
intentaría.
Ahora, ya han
pasado tres meses, y una frase pasa por mi cabeza "La muerte debería de
ser el final de la vida, el cáncer no".
Estoy tumbada en
la arena, mojándome los pies en el agua helada y lo único que le digo es
"¿Lo ves? Te lo prometí."
Hola Leire, me gusto el escrito, o te sucedió en realidad? Quiero decirte que tienes mucha razón, a veces nosotros tenemos todo para ser felices, pero creo que nos acostumbramos a estar bien que no nos damos cuenta de la bendición que dios no da. Creo que sí yo estuviera en una situación así le diría a mi amiga lo mismo, que no se de por vencida y que disfrutaría el poco tiempo que le queda para vivir la vida al máximo. Es por eso que siempre veamos a la vida como una bendición, vivir todos los días de nuestras vidas porque nunca vamos a saber cuando las cosas nos pueden dar un giro de 360 grados. Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
ResponderEliminarTe mando un saludo.
Virialt
Si, la verdad es que lo que NUNCA se puede hacer es rendirse.. porque como me gusta decir "Si no lo intentas, ya has perdido". Por eso es muy importante no perder nunca la esperanza y aun menos si tienes a alguien que te apoye con toda su alma..
EliminarY si, esto me ha sucedido en realidad y ha sido una experiencia muy dura, pero nos ha hecho fuertes a las dos!
Un muaaaaacck! :3
Si.. muy dura, pero al final todo sale bien!
ResponderEliminarUn muaaacck!:3
Noooooooo, Silvia. ¡Que fuerte! Debe ser muy difícil estar en aquella situación tanto para ti como para tu amiga. Que bueno que haya ganado quién tenía que ganar :). Lindas palabras para ella, que bien que hayan cumplido la promesa.
ResponderEliminarBesiiiitoossss <333
Si! Muchas gracias! La verdad es que estaba algo desanimada:( Ponerme en blogger y animarme! jejejeje
EliminarUn muaaaaacck! :3
''Cáncer'', había escuchado esa palabra millones de veces, pero nunca tan cerca de mi, tan real.
ResponderEliminarPrecioso :3