"Estoy bien"

-Estoy bien, no te preocupes.._ mintió.

Esa noche no tenía ganas de nada, ni siquiera de seguir viviendo. Todo lo que había sucedido en aquellas últimas semanas le superaba, podía con ella. La muerte de su padre, la enfermedad de Lesli.. pero sobretodo le mataba la huida de Daniel. Era algo tan extraño... tan solo dejó una nota que decía: "No me ames, no me quieras y no me encuentres. Tan solo así estaremos los dos a salvo. Ya no quiero que me sigas buscando" Aquella nota le dejó muy desconcertada. Le llegó un mensaje de Lesli diciendo que le habían llamado del hospital. Rápidamente le llamó y Lesli le explicó que solo podría sobrevivir si alguien donaba un corazón. Seguidamente India cogió la nota de Daniel y la volvió a leer. Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas y notó una punzada en el corazón al recordar el rostro de Daniel. Sintió que no necesitaba vivir más. Le mandó un mensaje a Lesli: "Ya he encontrado un corazón para ti, disfrútalo porque te ama. Te quiero."

India, cogió un lápiz y escribió en la parte de detrás de la nota de Daniel: “Daniel, siempre te seguiré amando, pero ya no tengo motivo por el cual seguir viviendo. Lesli, no estés triste y disfruta de tu vida, que es genial. Te doy mi corazón, no dejes que lo dañen. Os quiero.”

Dejó la nota encima de la mesa y se fue al lugar donde conoció a Daniel. En aquel magnifico bosque. Se sentó bajo el árbol más cálido y marcó en él la fecha de aquel día “23~2~2013 INDIA ESTUVO AQUÍ”.

“Estoy bien” pensó, pero acto seguido tomó las pastillas y calló al suelo. Murió.

Su pálido cuerpo permaneció allí hasta que Daniel lo descubrió. Él no se podía perdonar lo que había pasado. Se culpaba a sí mismo. Él la amaba y todo eso lo había hecho para protegerla. Supo dónde estaba, porque en el momento que India murió, el corazón de Daniel también comenzó a ir más despacio. Se sentó junto a ella y le abrazó. Cogió la navaja y marcó en el tronco: “DANIEL ESTUVO CON ELLA”. A continuación, pasó la navaja delicadamente por su suave piel, dejando así caer siete gotas de sangre que cubrieron de color la capa de nieve blanca que cubría el bosque.

Años después, ese árbol sigue más vivo que ninguno y siempre está floreado. Pero una vez al año, cuando llega el día 23 de febrero, las almas de los dos enamorados vuelven a aquel lugar y marcan en el árbol un nuevo infinito.